La soledad no es un monstruo, no lo fue cuando los edificios comenzaron caer lentamente ni cuando la ciudad fue arrasada por completo. Todos creímos que nos arrancaría del otro para siempre, pero es inexplicable como la conexión se encuentra incluso en la lejanía. Por las expectativas de algunos científicos supusimos que la humanidad desaparecida junto con la Tierra, no quedarían rastros en el Universo de que un día existimos. Quizás estas palabras no son suficientes para explicarlo todo y por supuesto hay un esfuerzo por intentarlo. Estábamos en medio de cuatro paredes que constituían un perfecto lugar propio en el tercer piso, si te asomabas por la ventana podías ver al gato rondando las flores, un vendedor de drogas esperando en su carro o los llamativos uniformes de las colegialas, pero ese día sólo hubo un silencio exterminador. Está de más decir que no hubo programas de televisión y que la radio solo emitía conciertos que iban desde Elvis hasta Winehouse. Mientras nos íbamos desv