Aflicción

Que triste es la traición, me azota en la cara sin dejarme ningún rasguño, pero miles de reclamos en mi alma. El pelo a puños se me cae, la sangre golpea el resto de mi cuerpo y ¿Qué me queda? una risa fingida, un recuerdo agrio, un aliento salvaje; nada tengo nada me queda más que la conclusión de que un humano soy yo.

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