Título
Afuera esta lloviendo, mi corazón seco.
Hoy no tenia palabras
Apelación al solitario
Es necesario, a veces, encontrar compañía.Amigo, no es posible ni nacer ni morir sino con otro. Es bueno que la amistad le quite al trabajo esa cara de castigo y a la alegría ese aire ilícito de robo. ¿Cómo podrás estar solo a la hora completa, en que las cosas y tú hablan y hablan, hasta el amanecer?
Destino
Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca. Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere un olvido, una ausencia, a veces menos. Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia de respirar con un pulmón ajeno! El aire no es bastante para los dos. Y no basta la tierra para los cuerpos juntos y la ración de la esperanza es poca y el dolor no se puede compartir. El hombre es animal de soledades, ciervo con una flecha en el ijar que huye y se desangra. Ah, pero el odio, su fijeza insomnede pupilas de vidrio; su actitud que es a la vez reposo y amenaza. El ciervo va a beber y en el agua aparece el reflejo de un tigre.El ciervo bebe el agua y la imagen se vuelve—antes que lo devoren— (cómplice, fascinado) igual a su enemigo.Damos la vida sólo a lo que odiamos.
Autor: Rosario Castellanos
Hoy no tenia palabras
Apelación al solitario
Es necesario, a veces, encontrar compañía.Amigo, no es posible ni nacer ni morir sino con otro. Es bueno que la amistad le quite al trabajo esa cara de castigo y a la alegría ese aire ilícito de robo. ¿Cómo podrás estar solo a la hora completa, en que las cosas y tú hablan y hablan, hasta el amanecer?
Destino
Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca. Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere un olvido, una ausencia, a veces menos. Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia de respirar con un pulmón ajeno! El aire no es bastante para los dos. Y no basta la tierra para los cuerpos juntos y la ración de la esperanza es poca y el dolor no se puede compartir. El hombre es animal de soledades, ciervo con una flecha en el ijar que huye y se desangra. Ah, pero el odio, su fijeza insomnede pupilas de vidrio; su actitud que es a la vez reposo y amenaza. El ciervo va a beber y en el agua aparece el reflejo de un tigre.El ciervo bebe el agua y la imagen se vuelve—antes que lo devoren— (cómplice, fascinado) igual a su enemigo.Damos la vida sólo a lo que odiamos.
Autor: Rosario Castellanos