La muñeca fea




Dicen que en los rincones llora la muñeca ¿Por qué? Su novio el de la secundaria, el que le beso las bocas con  desarmadores de botellas  y le planto las canciones de tan solo eres lo que más quiero, mientras me limpio la pierna con tu falda de algodón y te exprimo el alma hasta que te salga sangre te querré.  

Muñequita le dijo su eterno amante  no, ya no llores tontita no entiendes que mis caricias son de acero, dulces drogas que hacen volar tu libido, danzas con el éxtasis de un sobreviví y actúas un fue como la fiel artista que traga lenguas de cemento. Frio, frio, frio  es el viento,  transpira tu piel cuando estas abandonada por el tacto, mi lengua y el ritmo de mi lengua penetrando la bestia que llevo adentro en tu espalda, bajo el terror  nocturno de tus ojos lágrimas que viven en mis manos.

Muñequita traviesa quieres amar sin amor a un ratón y a una serpiente que se convierten en su aroma,  te deslumbra con los colores que gritan muerte. Te ahorca, te aprieta, encierra la soltura de los brazos que eran libres en la oscuridad, el lugar perfecto para rasgarse  el monstruo que crece en la penumbra de tu mente. Mátalo, mátalo ya, pero que sea rápido para que la  sombra que haz creado no escape por los rincones, por las plazas o por tu respiración de plaga cuando le dices al mundo que lo amas. Eres fea muñeca, eres fea y yo quiero partir de la mano contigo para llevarme a este mundo entre las piernas y decir ni una más.

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