Lloraste en el teléfono

A punto de irme a Hermosillo
me duelen las cien veces que dije algo que no era,
me duele que hayas llamado casi llorando o llorando y prefiera no decirlo
preguntando por alguien que quizás es mucho más infinita que cualquiera de nuestras conciencias,
alguien que estuvo y ya no esta,
ya es muy tarde para encontrar a tu amor,
lo siento.

Fue mentira lo que decían en las películas con las que crecimos los dos,
tú en una época donde todavía mi existencia ni siquiera estaba,
solo era una idea de pocas palabras.
Yo crecí de la mano de la realidad y la desilusión,
no me fue posible creer en las películas.

También sé porque estas tristes. No te preocupes cuando llegué me tomaré una foto en la fuente donde ella estuvo y a la misma hora,
 una foto de la mano de ella y le diré que nunca la he olvidado, extraño sus cenizas
están aquí, lejos de mi ciudad la que también fue suya, sus abrazos, sus brazos, sus pinturas, sus poemas,  las galletas de chispas de chocolate que sacaba cuando me veía, los buñuelos caseros que nunca encontré, que nadie hace y que ya no busco,
extraño que me diga mi nombre como si fuera aire,
simplemente  la extraño, la extrañare siempre y solo voy en busca de su encuentro.
Me temo que fallaré.
Estoy buscando todas las formas posibles de huir de mi ciudad porque a veces todo es demasiado triste o demasiado feliz.

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