Apuntes de una historia sangrienta

La extrañaba como se extrañan dos seres a quienes se les ha arrebatado la luz y se les encierra en el eco de un grito antes del atardecer. Cuando la niebla ha alcanzado el punto máximo de ceguera,
sus ojos se colorearon de sangre al verla transformada en el polen del último girasol exigido por un hombre hecho de metal. Todos los restos de carne que se excitaban en su interior le mostraron que ser vampiro era más que ser un simple robot hipocondriaco y que además le habían arrebatado lo que más quería: su aroma de alcatraz.  Se había enamorado de Jane, la unica chica que nunca envejecía y no era una vampira. Eran el año de 3797P  los robots traficaban armas y drogas, sólo había dos grupos de humanos: los vagabundos y los ricos. Un número muy reducido eran los que habían sufrido una metamorfosis en la tercera guerra mundial como Jane, los de su tipo se dedicaban a la prostitución dentro de bares chinos. Alberto era un vampiro que había presenciado todos los cambios de la humanidad y estaba convencido de algo: Era la etapa más negra y aburrida de la Tierra. Cuando la policía terrestre había intentado violar a Jane con una matraca eléctrica, esta se había defendido con todas sus fuerzas haciendo imposible la penetración. Por eso la quemaron viva y arrojaron sus cenizas a un campo de girasoles.

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