Época
Siempre dicen que estoy en una época de
decadencia, yo diría que de perpetuidad. Aunque no sé sí debería sentirme
satisfecha de haber logrado cultivar la paciencia, dicen que un ciclón se
acerca en Yucatán, un ciclón muy lejano al que me cambio. Me sigue molestando
la injusticia, las abejas y las suposiciones aunque sigo siendo supersticiosa
escribo para sobrevivir, diría tantas mentiras por creer que lo hago por mera
pasión como muchos se esmeran en decir. Materialista. Todos los oficios y las
profesiones son importantes se empeñan en desmentir dicha verdad (los
aduladores y los pretenciosos). La irá y la furia son los peores enemigos del
hombre pueden destruir la materia invaluable que es el alma. No deberíamos
preocuparnos tanto por lo anterior por tener relación con Dios sino con uno
mismo, el alma es algo que a uno le pertenece quizás por un tiempo, la única
identidad propia. También dicen que los ex tra terrestres son peligrosos, no
más que nosotros, dicen que es el fin del mundo y que Peña no alcanzara a
gobernar. La mayoría de los seres humanos han despedido a los videntes y
chamanes, han decidido ponerse en su lugar y pronosticar un futuro hambriento,
sin tener que ponerse en modo médium han logrado adivinar, porque muchos
jóvenes no podrán llegar ni a la Universidad según estadísticas.
Tampoco era difícil que a mí me gustara un
revolucionario por un pequeño tiempo, no muy largo, lo suficiente para que se
quedara una promesa en el aire, no era imposible que sintiera gusto por un
defensor de los indígenas, por un enamorado idealista del Che. No me lo tomes a
mal, pero siempre pensé que buscabas cierta memoria y temor al olvido. Me
adelantaste demasiadas cosas, vivencias y resultados mutuos, pero, el único
problema era que yo también soy una idealista, una idealista que no acepta
concepciones futuras. Lo
olvidaste como los poemas y las canciones.