Dialogo de un piso colérico


En mi habitación todo habla, desde los peces que se enroscan para cubirse de palabras muertas,

hasta las almohadas que vuelan sobre los estanques de palacios derrumbados.

Los colores brillantes y las puertas cerradas me aterrorizan, pronuncian dolores en voz alta.

Un retrato de versos al revés que nadie ve es mi mejor ritual para confesar al alma en medio de una botella tan culpable.

Me interrumpen las llamas en este intento de diálogos con las cosas, las formas, sombras de los miembros más exitantes, de las frutas más jugosas, de las muñecas que muerden el cristal de las ventanas pidiendo auxilio.

El brillo de una silueta en medio de la oscuridad danza entre las blusas descoloridas que renuncian al anhelo. Ahora veo el perfume se desviste combinandose con una raíz artificial para crear seres transparentes. Y como siempre otra vez, las letras se mueven de lugar para contar lo más exquisito de unos tacones vibrando produciendo insinuaciones.

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