¿Por qué tenemos tanto miedo a equivocarnos?

El error nos permite ser quienes somos realmente más que una palabra o una promesa. Se juzga cada movimiento como si estuviera plantado para dicha acción, pero la mayor libertad es caer en la ruptura, separarse de todos los prejuicios, cortarse las propias heridas y disfrutar la sensación. Las personas pueden llegar a tener miedo de ser imperfectas porque crecemos a base de estereotipos donde los niños todavía no pueden jugar a la comidita y a las niñas no se les permite un Dark Vader por encima de una muñeca. Pareciera que las redes sociales existen para saborear y remarcar las caídas del otro como sino tuviéramos suficiente con las propias. Hay tanto que nos perdemos al escondernos o vigilar la vida del otro, no somos consientes hasta que tropezamos una y otra vez con el paso del tiempo. Al equivocarnos tenemos aciertos que se ven reflejados en nuestro paso por la vida, en la forma en la que nos relacionamos o nos desvestimos, en escoger a nuestros amigos o la vida que queremos llevar en el presente. El miedo es un motor tan poderoso y desequilibrado como el amor mismo por eso hay que sentirlo, pero tampoco permitir que se apodere de nuestra existencia. El daño es algo inmaterial, casi inexistente, plegado de voces que solo nosotros podemos darle espacio y poder en nuestro cuerpo si así lo queremos u olvidar y continuar, de cualquier forma así será. Las criticas sirven para evaluarnos, pero no para destruirnos.



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