Esta noche no he sentido la calidad humana, me he quedado rezagada o escondida en la propiedad de los ojos, la tortura de ser un espejismo de mi pasado o la ambigüedad que significa cargar un muerto. He regresado de un largo viaje y cargo a una mujer que dejo un rastro de plumas al explotar. Observo, aniquilo, observo y disparo, con el poder del dedo señalo ¿acaso no lo han hecho otros? ¿acaso no han sido críticos todos con sus escudos de estereotipos, con sus prejuicios, juicios, arquetipos, crítica, reglas, normas, rebelión, penalidades, injusticias, justicias, palabras, silencios, acciones etc. etc. etc? Bang bang. Me sumerjo debajo de las alcantarillas para rasgar pequeños monstruos que salen de la boca, de su boca, de la boca que vende Bon ice, de la boca que le hace sexo oral para comer, para vivir, por gusto, por conformidad, del policía corrupto que con esa misma boca besa a su mujer y a la amante por las noches. Una joven llueve por la calle revolución, en el bar Mi ranch